DISEÑO DE INVESTIGACIÓN

El “hacer” durante la etapa del diseño de investigación tiene que ver con una serie de decisiones acerca de lo que pensamos llevar a cabo para abordar el problema de investigación. Este proceso implica proponer determinadas técnicas de generación de información y análisis de los datos, que sean coherentes con la perspectiva teórica y los objetivos definidos para la investigación.

Este es un momento importante porque nos encontramos frente a una serie de decisiones sobre cómo articular la teoría con la realidad: qué perspectiva teórico- metodológica se materializará en un instrumento de aplicación (cuestionario, guía de observación, guion de entrevista, etc.). Así podemos comprender que el trabajo de campo no se da separado de las decisiones teóricas que fuimos tomando en la construcción de nuestro campo problemático, sino que van de la mano.

La estrategia metodológica nos requiere pensar ¿con qué información y cómo vamos a construir los datos?; es decir, ¿sobre qué se basarán nuestros análisis e interpretaciones? En definitiva, sobre qué tipo de datos se basarán nuestros futuros hallazgos.

Al momento de encarar el desarrollo del diseño de investigación debemos tener presente que es un proceso creativo que debe tener en cuenta la factibilidad y los aspectos operativos de la propuesta metodológica; es decir cómo lo vamos a hacer.

Podemos encontrarnos con distintos enfoques que orienten las decisiones metodológicas: cuantitativo, cualitativo y mixto. En el caso de la investigación cuantitativa tomaríamos estrategias de investigación que permitan asignarles valores numéricos a lo que retomemos del trabajo de campo y, de esta forma, utilizar procedimientos estadísticos para resumir, manipular y asociar las cifras. En el caso de la investigación cualitativa, utilizamos estrategias que permitan obtener información que describa la perspectiva y visión del objeto de estudio, usando discursos orales, escritos, imágenes y conductas observables para entender la complejidad del fenómeno en estudio. Por último, si optamos por una estrategia mixta o de triangulación de datos, buscaremos estrategias que nos permitan cruzar datos, teorías, métodos, disciplinas.

Ahora bien, ¿cómo decidimos cuál de estas tres estrategias usar para nuestro proyecto? Se supone que para llegar a esta instancia del trabajo hemos construido nuestro problema de investigación, tendremos un campo problemático, posiblemente un marco teórico y antecedentes, objetivos planteados y hemos razonado que el problema tiene una determinada índole con lo cual su abordaje requiere cierto tipo de método.

 

Ahora que podemos diferenciar las estrategias metodológicas, avanzaremos el aspecto central del diseño de investigación: la producción de datos.

PRODUCCIÓN Y ANÁLISIS DE DATOS

Llegado el momento debemos definir cómo construir los datos que necesitamos para responder nuestras preguntas de investigación. Para ello usaremos diversas técnicas que nos permitan conocer qué sucede en la realidad. La técnica es el instrumental con el que generaremos la información, pero también es un saber- hacer que iremos ganando con la experiencia de investigar. En este proceso, nos daremos cuenta de que no existe el instrumento perfecto de producción de datos sobre un fenómeno, sino que procuraremos construir una herramienta que sea creativa, rigurosa y coherente con el proyecto y nuestros objetivos.

En el momento en que debamos hacer explícitas las técnicas de producción y análisis de datos que vamos a usar en nuestra investigación, debemos decidir qué tipo de fuentes serán nuestro insumo: ¿fuentes primarias o secundarias?

Usar fuentes primarias implica abocarse a la construcción de instrumentos de obtención de la información a través de técnicas como la observación, la entrevista, el cuestionario, entre otras. Usar fuentes secundarias implica analizar información producida por otros (como, por ejemplo, datos estadísticos, datos censales, leyes, etc.) a través de técnicas como el análisis estadístico, el análisis documental, entre otras.

Respecto a las técnicas espaciales de investigación, la elección de una u otra implica también una combinación de saber, recursos, destrezas e instrumentos concretos (dispositivos o artefactos mediadores) pero sus objetivos operativos en el marco de la indagación están orientados a producir o analizar datos sobre la dimensión espacial del objeto de la investigación.

Una vez definido el tipo de fuentes que utilizaremos para producir nuestros datos, construiremos nuestros instrumentos e ingresaremos al trabajo de campo.

FUENTES PRIMARIAS: TRABAJO DE CAMPO

Si optamos por producir los datos para poder llevar adelante nuestra investigación, realizaremos un trabajo de campo. Ello quiere decir que tendremos que elaborar los instrumentos para recolectar o producir información, e ir a relevar el fenómeno en su condición “natural”. En esta situación, el investigador debe hacer una inmersión total en el ambiente. Lo primero es decidir en qué lugares específicos se recolectarán los datos y quiénes serán los participantes. Es necesario tener en cuenta que nosotros no estamos exentos de ideas previas, nociones, ideas del sentido común, al acercarnos a nuestro objeto de estudio. Con lo cual, como dice Goffman, la técnica es una forma de recoger datos, sometiéndose uno mismo, su cuerpo, su propia personalidad, su propia situación social, al fenómeno que está analizando.

FUENTES SECUNDARIAS:

ALGUNAS OBSERVACIONES PARA TENER EN CUENTA

Este tipo de fuentes siempre están producidas por otro investigador, en el marco de su propia indagación. Con lo cual la elaboración de estos datos está ligada a un problema de investigación particular, con su campo problemático y marco teórico, sus objetivos y diseño de investigación propios. Es necesario entonces tener presente que este tipo de fuentes puede tener algunos problemas de confiabilidad y validez.

¿Qué tener en cuenta?

1. Los datos en tales documentos han sido recogidos por otras personas según necesidades y objetivos particulares de la institución, equipo o investigador. Estos objetivos y necesidades generalmente son de distinta índole a los que orientan la investigación que uno realiza, con lo cual se requiere de una rigurosa selección de lo que es útil.

2. Cómo fueron recogidos los datos es otro elemento para tomar en consideración. Es conveniente conocer la metodología empleada con el fin de establecer, por una parte, la confiabilidad de los datos, y por otra, la población estudiada (total o muestra).

3. El momento en que fueron recogidos los datos requiere ser tomado en cuenta, ya que ciertos factores determinados por el momento en que fue hecha esa investigación pueden condicionar resultados. Así, por ejemplo, si estamos estudiando el fenómeno de la participación femenina en la vida de la comunidad y encontramos una investigación en este terreno, debemos revisar si el estudio fue efectuado durante campaña electoral. El propósito de tal evaluación no será la de desechar la fuente, pero sí la de emplearla con cierta reserva, por la parcialidad que podría existir en ella.

4. Las definiciones de las categorías empleadas por las fuentes disponibles no siempre coinciden con las utilizadas por el investigador. Aunque la terminología sea similar, el contenido de los conceptos puede ser distinto, lo que incide en los resultados. Por ejemplo, el concepto (definición operacional) de pobreza puede variar de estudio en estudio, según los indicadores considerados por cada investigador.

 

Fecha: 28/10/2019 | Creado por: Gustavo Rodrigo
Categoria: GENTRIFICACIÓN (2020)